El gato necesita gafas

“El gato necesita gafas” por Joaquín Cariño

Esto era un joven minino que viajaba en camión para su primer día de trabajo. Tras 25 zangoloteados minutos de trayecto, llegó al edificio. Hizo “check in” y comenzó a trabajar en una oficina aburrida donde debía teclear frente a la computadora 8 horas al día. A pesar de que no era un empleo relacionado con lo que estudió, se conformó al contar con maravillosas prestaciones, que incluyen un seguro médico de gastos menores, psicólogo, optometrista, guardería (no la necesita porque no tiene crías aún) y un 5% de descuento en un gimnasio para atletas de élite (que tampoco necesita).

“¡Vete al miau!”, exclamó el felino un día al mandar por error un informe sin acabar, ya que confundía los botones de “enviar” y de “guardar para más tarde”. Tras darse cuenta de que era el único que se equivocaba, decidió aprovechar sus prestaciones y acudir al optometrista. 

Efectivamente, usted necesita gafas —le comentó el profesional de la salud—. Sus resultados lo demuestran.

—Gracias, ¡achú!, por, ¡achú!, su, ¡achú!, ayuda —le respondió el gato.

—Esos estornudos no parecen de resfriado. Le recomiendo ir con un alergólogo y revisarse —añadió el optometrista.

Recordó que eso no lo incluye el seguro, pero consideró importante atenderse con tal de no tener más complicaciones.

“¡Me lleva el miau!”, refunfuñó este gato que resultó alérgico a los cambios de clima. El gato ahora necesita loratadina. 

Tras un largo día, el gato no dejaba de pensar en lo ridículo que se veía con esas gafas que hasta los ratones se reían de él al verlo marearse y fallar en atraparlos, pues aún no se acostumbra a mirar con ellos. Tampoco llegó a imaginar que padecía alergias y deberá tomar pastillas cada que se siente mal. El colmo fue que resultó ser un “patas chuecas” cuando fue al quiropráctico por un dolor en la cadera y ahora unas plantillas para patas lo van a acompañar para siempre. “¡Hijo del miau!”, rezongó a las 2 de la mañana al no poder conciliar el sueño. El gato necesita píldoras para dormir… o un tecito de pasiflora.